Amigos ¡buen día! ¡Salut! otra vez, siempre.
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Las mejores canciones buenas de Francia y sus intérpretes, están íntimamente relacionados con el Teatro L’Olympia de Paris.
{Se pronuncia: l’ólámpia.}
[¿Todos ellos se han presentado ahí? Yo creo sí.]
El famoso recinto se encuentra en el número 28 del Boulevard des Capucines, en medio de la Ópera/el Café de la Paix y la Place de la Madelaine. Caminar esas 6 cuadras es recibir cientos años de historia francesa y de música.
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Muy al principio de los 80’s me enteré de su existencia gracias al disco de Jacques Brel grabado en vivo en 1961. Un clásico de las canciones buenas en Francia. En ese tiempo, y a partir del concierto de Edith Piaff, todos coincidían que el Teatro de L’Olympia era el templo de la canción francesa. Entonces empecé a imaginarlo.
De hecho todo cantante interesado en los oídos franceses debía cantar ahí. En dos sentidos: como prueba a superar ante un público exigente, conocedor, el mejor de Paris; y por el otro, como evidencia y medalla que se trataba de un artista valioso de la canción. Es decir, en ambos sentidos se necesitaba el aval del público francés del teatro L’Olympia.
[Los Beatles y los Rolling Stones se presentaron ahí en 1964.]
Debo reconocer que cuando lo conocí por fuera, sentí algo de desilusión y desconcierto pues está entre otros dos edificios comerciales, es aparentemente angosta su entrada y tiene simplemente en la parte superior del edificio el nombre de “L’Olympia” muy normal a primera vista. Sabor temporal que se me quitó inmediatamente durante los primeros minutos de comenzado el primer concierto y pude percibir entonces lo que sucede artísticamente ahí adentro. Solo en un concierto, es posible dimensionar lo que es L’Olympia en Paris.
No es un edificio sorprendente, ni una fachada impactante ni tiene una marquesina deslumbrante. Gracias a D.os es simplemente que las letras del nombre del cantante te transportan a una realidad musical de encantamiento. Además del peso de su historia, lo esencial es lo que se escucha en el escenario. ¡C’est tout! ¡Qué maravilla!
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La foto es de noviembre del 1985, anunciando una cantante de una maravillosa voz: Veronique Sanson. Una de las pocas heroínas francesas, nacidas en Francia.
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Aprovecho para compartir que Janett Arceo me invitó a su programa “La Mujer Actual”. Es muy buena anfitriona, muy cálida y hemos recibido muy buenas opiniones de quienes nos han escuchado (¡gracias!). Cada invitación y charla se asemejan a una cariñosa hoja de un preciado álbum de Radio.
El próximo luminoso capítulo (por Paris, Vangelis y el remate de la charla) es este viernes 26 a las 11,30. El tema central es “Paris y la canciones buenas de Francia.” Vamos a pasear por algunas canciones buenas francesas. ¡Acompáñanos! Es a las 11,30 de la mañana por el 1470 de AM en /radioformula.mx y se transmite por FB Live https://www.facebook.com/profile.php?id=100044376881395 . ¡Merci Janett!
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Otra vez escribo: vayan a mi muro por favor y lean las más recientes publicaciones. Ahí está todo explicado. Trata de leer esas sugerencias. Si te gusta la música, el pop rock y las canciones buenas francesas, ¡úh la lá!
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Los Juegos Olímpicos de Paris 2024, es una gran oportunidad para ser utilizados como un trampolín. Como el humano y todo lo vivo, la Civilización Occidental está formada por cuerpo y alma. El cuerpo es de Grecia y Roma, el alma proviene de Israel.
Amigos, en compacto, recordemos que la solución es lo espiritual: reconocer a haSHem el Nombre ¡bendito sea!, alabarLo. Observar que en cada humano hay una chispa divina a ser elevada, amada, respetada. Con un gran deseo que el Gran Día llegue con bondad. Con amor, agradecimiento y ¡alegría!
[Por la Paz en Israel, en el Mundo. Hacia la Paz Completa.]
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